La respuesta breve, clara para visitantes del Museo del Mamut de Tultepec, es que los mamuts se extinguieron en distintos momentos, no en una sola fecha. La mayoría de las poblaciones continentales desaparecieron hace unos 10 000 años, sin embargo, grupos aislados sobrevivieron varios miles de años más, hasta aproximadamente 4 000 años atrás, alrededor del 2000 a. C.
En el registro fósil aparecen señales de declive al final del Pleistoceno, con desapariciones generalizadas cerca del 10 000 a. C. La evidencia más reciente proviene de islas árticas, donde condiciones especiales permitieron supervivencias tardías. Estos refugios revelan un proceso escalonado, más que una extinción instantánea.
Fechas clave y refugios finales
Las poblaciones continentales, incluidas las de Norteamérica y Eurasia, colapsaron principalmente al final de la última glaciación, hace entre 11 000 y 10 000 años. A esa etapa se le asocia un calentamiento abrupto y cambios en la vegetación.
En la isla de Sant Paul, Alaska, se documentaron mamuts que sobrevivieron hasta hace unos 5 600 años. En la isla Wrangel, en el océano Ártico ruso, los mamuts lanudos persistieron hasta hace entre 4 000 y 3 700 años, fechas que se sitúan cerca del 2000 a. C. Estas cifras provienen de dataciones radiocarbónicas y estudios genéticos.
Cómo se determina la fecha de extinción
La datación de restos usa principalmente radiocarbono, con calibraciones que convierten años radiocarbónicos en fechas calendario. Además se aplican análisis de ADn antiguo, y estudios estratigráficos, para ubicar piezas en un contexto temporal seguro. Para detalles técnicos, remitimos a nuestros materiales sobre datación de fósiles, donde explicamos métodos y límites.
Los restos fósiles, su contexto y la química de los huesos cuentan la historia, y los resultados cruzados reducen incertidumbres. Ya hemos hablado sobre fósiles y restos que revelan el pasado y cómo esos hallazgos llegan a los museos.
Causas combinadas, no una sola razón
La extinción de los mamuts no responde a una única causa. Interactuaron el cambio climático, la fragmentación del hábitat, la caza por humanos y factores demográficos internos como la pérdida de diversidad genética.
El calentamiento postglacial transformó praderas en bosques y humedales, reduciendo pastos que sostenían grandes manadas. La presión humana, documentada en contextos arqueológicos, contribuyó a la mortalidad adicional. En poblaciones pequeñas y aisladas, la deriva genética y mutaciones acumuladas afectaron la capacidad de recuperación.
Evidencia paleontológica y genética
Los estudios de ADN antiguo permiten seguir la caída de la variabilidad genética en los últimos mamuts, un indicador de poblaciones debilitadas. Combinando genómica con dataciones, los científicos reconstruyen el pulso final de la megafauna.
En nuestro trabajo en el Museo del Mamut mostramos cómo la paleontología y la genética se complementan. Para quienes deseen profundizar en la vida y extinción del mamut lanudo, recomendamos la lectura sobre El mamut lanudo, explorando la vida y extinción, allí se detalla biología, comportamiento y factores de declive.
El registro en América del Norte y Eurasia
En Norteamérica las evidencias apuntan a desapariciones mayoritarias al terminar el Pleistoceno, hace unos 10 000 años. En Eurasia la tendencia es similar, aunque algunas poblaciones costeras y de islas resistieron más tiempo.
Los hallazgos paleontológicos y arqueológicos varían por regiones. Desde restos completos hasta herramientas humanas asociadas, cada pieza aporta a la cronología. Consultamos comparativas en piezas de exhibición y publicaciones, como en El mamut, gigantes de la prehistoria, que resume diferencias entre especies y sus tiempos de desaparición.
Qué significa la supervivencia tardía de Wrangel
La supervivencia en Wrangel ilustra cómo un reducto aislado puede prolongar la existencia de una especie, pero también cómo ese aislamiento conduce a problemas genéticos. La isla ofreció alimento y menos depredación humana, pero no fue solución a largo plazo.
Estudios en Wrangel muestran señales de acumulación de mutaciones dañinas, que pudieron afectar la fertilidad y la salud general, acelerando el declive final. Estos casos son valiosos para entender procesos de extinción en poblaciones reducidas.
Relevancia para México y la investigación local
En México se han encontrado restos de proboscídeos, y el interés por la megafauna integra paleontología y memoria cultural. El Museo del Mamut de Tultepec trabaja en divulgación, conservación de colecciones, y proyectos educativos que conectan fósiles con historia humana.
Hemos asociado estos temas con exposiciones y eventos, por ejemplo nuestra curaduría en torno al mamut de Tultepec y curiosidades, ver El mamut de Tultepec, curiosidades sobre los mamuts. Además, vinculamos hallazgos con prácticas culturales locales, en exposiciones que relacionan pasado natural y tradiciones de la región.
Museos, exhibiciones y narrativa pública
La manera en que contamos la extinción importa. En museos se deben presentar fechas, causas y matices, evitando simplificaciones. Nuestro enfoque privilegia la evidencia y la claridad, siguiendo el rigor periodístico.
Para comprender cómo se montan y comunican estas historias, puede consultarse nuestro material sobre museos y exposiciones, por ejemplo Museo del Mamut AIFA, Quinametzin y la guía de cómo llegar a Tultepec, Como llegar a Tultepec.
Lecciones para el presente
La extinción de los mamuts es una lección sobre vulnerabilidad ecológica. Cambios rápidos en clima y uso de la tierra, junto con presiones humanas, generan extinciones. El estudio de estos procesos ayuda a prever riesgos actuales, y a diseñar estrategias de conservación para especies amenazadas.
Nuestro museo promueve el conocimiento científico como herramienta para la conservación. Exhibiciones y programas educativos ayudan a conectar la identidad local con la ciencia global.
Conclusión, en la que año se extinguieron los mamuts, depende de qué población se mencione. La mayor pérdida ocurrió hace unos 10 000 años, con refugios aislados que duraron hasta hace entre 5 600 y 3 700 años, el caso más reciente documentado en la isla Wrangel, cerca del 2000 a. C. La historia combina datos de campo, datación y genética, y nos recuerda la complejidad de las extinciones.
Para una perspectiva divulgativa ampliada sobre paleontología y hábitos de estos gigantes, recomendamos la lectura en profundidad de nuestro contenido sobre paleontología y sobre cómo se determinan las edades de los fósiles. En el Museo del Mamut de Tultepec seguimos investigando y compartiendo hallazgos, con la convicción de que entender el pasado nos ayuda a cuidar el futuro.



